Lula se hizo con el Congreso en Brasil, pero el bolsonarismo sobrevive

Arthur Lira, del Partido Progresista, fue confirmado como presidente de la Cámara de Diputados con una cifra récord de votos, mientras que Rodrigo Pacheco, del Partido Socialdemócrata, fue elegido como líder del Senado

Eran sólo las elecciones para elegir a los presidentes de la Cámara de los Diputados y del Senado, pero se convirtieron en una especie de tercera vuelta presidencial por la importancia que le concedió el Congreso y las tensas negociaciones hasta la última votación. Al final, todo quedó como estaba, solo que ahora el líder del país ya no es Jair Messias Bolsonaro, sino Luiz Inácio Lula da Silva. Con el mismo número de jugadores, cambian las reglas del juego y los posibles premios para compartir.

Arthur Lira, del Partido Progresista (PP), y Rodrigo Pacheco, del Partido Socialdemócrata (PSD), fueron confirmados como presidentes de la Cámara y del Senado, respectivamente. Lira se llevó la cifra récord de 464 votos de los 509 diputados presentes. Pacheco se impuso por 49 votos a 32 sobre su contrincante Rogério Marinho, del Partido Liberal (PL) de Bolsonaro. Pacheco fue la gran victoria de Lula, que entre bastidores hizo todo lo posible para su reelección, con apretadas negociaciones y promesas de cargos públicos. Así consiguió más apoyos y la primera gran derrota del bolsonarismo en el Congreso.

Tanto Lira como Pacheco no tuvieron problemas en adaptarse al nuevo rumbo, también en nombre de ese transformismo con el que el Congreso brasileño durante años ha sido capaz de pasar por encima de cualquier gobierno preservando su poder. Inmediatamente después de su reelección Lira, que incluso había hecho campaña por la reelección de Bolsonaro el año pasado, dijo a la televisión brasileña Globo que tenía una relación “tranquila” con Lula y que “nunca” le había hecho ninguna crítica personal. Agregó que los gobiernos “tienen múltiples caras” y que en el de Bolsonaro apoyó “la cara liberal en la economía, no la agenda antidemocrática”.

En diciembre Lira había respaldado una de las propuestas centrales de Lula, es decir la votación de la Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC), que preveía una ampliación del techo de gastos de 169.100 millones de reales, unos 33.000 millones de dólares. La organización no gubernamental Transparencia Internacional criticó en Twitter la reelección de Lira: “Condenado por malversación de fondos públicos, padre del presupuesto secreto (es decir un mecanismo legal pero turbio para transferir fondos del ejecutivo a los legisladores) y responsable de la gestión legislativa más opaca y autoritaria desde el fin de la dictadura, Lira fue reelegido con una votación récord. No habrá paz, justicia ni democracia mientras Brasil esté gobernado por el Centro”, se lee en el Twitter de la ong.

En cuanto a Pacheco, tras ser apoyado por las bases de Bolsonaro en su primera elección, en 2021, el año pasado fue propuesto por su partido como posible candidato presidencial para una tercera vía alternativa a Lula y Bolsonaro. Sin embargo, luego no salió nada. Pero le quedó en la boca ese sabor a polarización que tanto caracterizó el voto presidencial de 2022.

Y así, en su candidatura a la reelección al Senado, mientras su contrincante Marinho señalaba con el dedo “la independencia de los tres poderes”, Pacheco no hacía más que hablar de la “defensa de la democracia”. Reelegido, Pacheco declaró que “el mensaje que enviamos es que mantendremos la defensa a ultranza de la democracia”.

La victoria de Pacheco y Lira es sobre todo una victoria de Lula, que ahora goza de mayor apoyo en el Congreso, y representa la primera gran derrota para el bolsonarismo. De hecho, a pesar de que el PL tiene el segundo bloque más grande en el Senado, sale de la mesa de liderazgo. Sin embargo, ¿Será suficiente para garantizar la gobernabilidad al gobierno de Lula, ahora en su tercer mandato por dos millones de votos de diferencia con Bolsonaro y con un país completamente polarizado? Lula, además, sigue manteniendo una línea dura y polémica, también criticada por una parte de su partido, sobre la economía. El presidente, en su mensaje al Congreso leído por el ministro de la Casa Civil, Rui Costa, volvió a condenar el techo de gasto.

Sin embargo, esta medida permitió al país salir de la profunda recesión económica provocada por las políticas heterodoxas de la ex presidenta Dilma Rousseff, que luego salió de escena con un impeachment en 2016.