Apuntes sobre internas e integración de las minorías en el PJ entrerriano

Por Pablo Urrutia

El Tetris electoral que el Gobierno provincial debe resolver en vistas al año que viene incluye, entre sus varias piezas, desentrañar los dilemas de la fórmula, si desdoblar o no las elecciones y la inclusión de las minorías. Las dos últimas guardan una relación que no comparten con la primera. La elección de la dupla que competirá por el Ejecutivo, cuando éste no tiene posibilidad de reelección, es una situación que el peronismo entrerriano ha logrado resolver bien desde hace un buen tiempo a esta parte. Hoy no parece tan cantado quién sería el depositario del apoyo popular construido en estos años, capaz de darle continuidad al proyecto del oficialismo. Claro que hay nombres y no son tantos. Si Bordet lograse trasladarles su imagen positiva y la de su gobierno, la elección estaría resuelta. Frigerio, como dijo un dirigente local, está solo en el ring. Por ahora pelea contra sus propios límites y hasta él lo expresa, no va a confrontar con nadie. Ya tiene lo suyo con tratar de amortiguar los efectos de la interna nacional de Cambiemos en su armado provincial. La granada que tiró Lilita Carrió en los medios partidarios del espacio que conduce el expresidente Macri, lo alcanzó de lleno. Nada le favorece menos que verse envuelto en un escándalo judicial, donde cosecha más de un puñado de denuncias. De tomar estado público esas situaciones, lo pondrían en franca desventaja. El armisticio con Bordet no responde estrictamente a un puro espíritu de no violencia. En esa línea, la visita de apoyo de María Eugenia Vidal, tuvo discursos de baja intensidad. Sus críticas se restringieron al bien delimitado y muy conveniente kirchnerismo. En referencia a Entre Ríos, destacó las potencialidades que leíamos en los manuales de sexto grado. También ella recibió fuego amigo, recientemente el periodista Carlos Pagni, reflotó una grave y comprometedora situación de su gobierno con un grupo de narcopolicías. Si una máxima de la política es saber elegir al enemigo, no hace mal Frigerio en esquivar el choque con el Gobernador entrerriano.

La ventaja de Bordet a la hora pensar en la sucesión es que todo el peronismo en su conjunto le reconoce autoridad para elegir la fórmula, armar las listas, poner la fecha. Llega al final de gestión como un hombre fuerte, en el gobierno y en su partido.       

Desdoblar o no las elecciones es otro de los factores a conjugar. Hace unos meses, el senador Kueider, mano derecha del gobernador, decía que si el presidente Alberto Fernández iba por la reelección, lo votaba en ese mismo momento. Entonces se podía inferir que semejante fervor implicaba pegar la boleta provincial con la nacional. Es entendible que ya no piense lo mismo. La continuidad del derrotero negativo de la economía y la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía, plantean un nuevo escenario. El titular del Ejecutivo entrerriano suele ir al filo de los plazos legales, lo cual no quiere decir que sus decisiones sean impulsivas o su actuar desordenado. Tampoco es de grandes sorpresas. Esas variables estarán presentes en una decisión relevante. No hace falta tener la bola de cristal para ver el futuro, sino las herramientas necesarias para hacer una lectura acertada del presente. Lo que está en dudas es la posibilidad de unificar, desdoblar es un hecho. Para ambas cosas hay tiempo, teniendo en cuenta que otra de las características de la actual gestión son las campañas electorales cortas.

El gobierno de Bordet es un proyecto provincial. Le parecía bien Guzmán, le pareció bien Batakis y le parece bien Massa. Sucedió a un Gobierno, el de Urribarri, claramente identificado con un proyecto nacional y encolumnado políticamente bajo la figura de la actual vicepresidenta, Cristina Fernánez. Ganó las elecciones en Entre Ríos, cuando ese proyecto se vino abajo. Caminó en el desierto y negoció para sobrevivir con Macri, aprendió de la austeridad y se legitimó en la gestión. Viró la orientación política de la gestión de la manera adecuada y hoy la provincia parece amurallada. No afectaron en su imagen las peleas de las facciones dentro del Frente de Todos a nivel nacional. Como en las viejas épocas de nuestros queridos caudillos, solo un avance desde el puerto puede desafiar su autoridad. Pero también, como en aquellos tiempos, el poder y el apoyo popular en una sola persona resultan intransferibles.     

El reclamo por la inclusión de las minorías en el peronismo se va desdibujando, paradójicamente, a medida que se acotan los tiempos electorales. Es del manual del buen dirigente mostrar predisposición para ir a una interna, pero de ahí a llegar a darla hay un trecho. La relevancia de la interna, Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias, está puesta en cómo se van a distribuir los cargos luego de la contienda y, de manera central, qué reconocimiento va a tener el perdedor, es decir, la o las minorías. Cuáles son las reglas que determinan el reparto de cargos entre el ganador y el resto y a partir de qué porcentaje las minorías están habilitadas a ingresar a ese reparto de diputados y concejales. Lo que la ley electoral exige, tanto la nacional, en el caso de que las elecciones sean simultáneas, como la provincial –ley Castrillón– en el caso de que sean desdobladas, es que el partido, alianza, frente o coalición, explicite sus reglas al momento de su inscripción en la justicia electoral. Hasta el momento, ese punto se ha resuelto para el oficialismo aplicando las disposiciones de la Carta Orgánica del Partido Justicialista de Entre Ríos, columna vertebral del frente. Esto hace considerar como una necesidad la reforma de esa orgánica en los puntos referidos a la distribución de cargos. En el PJ provincial, el que gana se lleva la parte del león. La mitad más uno de los titulares, la mitad más uno de los suplentes y luego se reparte por sistema D´hont, una fórmula matemática que garantiza la equidad, pero se aplica cuando ya se repartió la torta. A esa distribución por sistema, también se anota el ganador, por lo que la segunda fuerza, aun alcanzando el 49% de los votos válidos contra el 51% del ganador, sólo detentará lugares testimoniales en las listas que se presenten en las elecciones generales. Resulta obvio hipotetizar que esas condiciones desalientan cualquier intención de disputarle legitimidad al oficialismo partidario. Es cierto que el gobernador Bordet, presidente del PJ entrerriano, habló en su momento de internas e integración de las minorías, aunque ningún periodista logró ubicar entre comillas la frase “reformar la orgánica para incluir las minorías”. Se desprende de lo dicho sobre la normativa electoral, que no es estrictamente necesario reformar la Orgánica del peronismo para cumplir con la palabra del gobernador. Amén de que dicha acción presenta varias particularidades a considerar: para reformar la Carta Magna del peronismo provincial se necesita convocar a un Congreso partidario en base a un listado de congresales raleado por el paso del tiempo y las decisiones políticas de algunos representantes que ya no forman parte del espacio; esas autoridades que emprenderían una modificación sensible para la vida partidaria, tienen sus mandatos vencidos, prorrogados por el Congreso realizado en 2021, atendiendo a la excepcional situación sanitaria impuesta por la pandemia de Covid 19. Convocar a elecciones partidarias para luego habilitar el cónclave, este año, previo a las elecciones de abril o mayo, es hacer planes para cruzar el Niágara en bicicleta. Una salida más simple consistiría en establecer cómo se integrarán las minorías al momento de inscribir el frente ante la autoridad electoral correspondiente o detectar y designar el uso de una carta orgánica más generosa con las minorías de alguno de los varios partidos que integran el espacio. Otro de los requisitos para que las internas sean competitivas es que se permita a todas las listas que participen en las PASO, pegar con la fórmula para el Ejecutivo. De esta manera, la palabra empeñada por Bordet, se estaría cumpliendo sin afectar el carácter inmarcesible de la Orgánica del PJ. Saldado ese aspecto, lo que quedaría por determinar para el oficialismo es la oportunidad o no de habilitar internas en el Frente CREER Entre Ríos.